Ese día en donde todos somos iguales
Por Mariano Damian Raineri*
No fue un día mas. Fue un domingo con un importante acto cívico, la elección de representantes locales y provinciales para que velen por nuestros derechos en sus recintos.
Y realmente me sentí orgulloso de este acto. Porque si el mismo se desarrolla con normalidad y en democracia, estamos ante un acto de igualdad como pocos. Quizás no nos percatemos, pero al ingresar al cuarto oscuro, ingresamos a la tierra de la igualdad, entramos en un mundo de equilibrio.
Un lugar donde entramos a expresar nuestra voluntad, y si los mecanismos democráticos funcionan adecuadamente, ingresamos sin imposición de terceros. Entramos al Cuarto Oscuro, solos, por y con nuestras convicciones sobre quienes serán nuestros mejores representantes.
Particularmente, integré la fiscalización de las elecciones, lo que me permitió ver y seguir el desarrollo del acto muy de cerca. Y allí me encontré, para mi satisfacción, ante un pie de Igualdad absoluto, donde se presentaban cientos de ciudadanos, desde quienes votaban por primera vez a quienes, ya sin la obligación de voto que impone nuestra ley para los mayores, se presentaban para ser parte de estas elecciones.
Realmente creo haber estado ante uno de los ejercicios de la igualdad más importante de la democracia, que es el derecho a emitir el voto, y espero seguir disfrutándolo por siempre.
Aquí no quiero dejar de lado la acción de los Fiscales Generales Voluntarios, quienes sin ningún compromiso polito(al menos evidente) concurrieron a presenciar y fiscalizar el acto con la sola consigna de evitar que se rompa la igualdad, sin tomar partido por nadie y casi desapercibidos para la mayoría de las personas que concurrieron a votar e inclusive para otros fiscales y autoridades de mesas, generaban la sensación de igualdad y respeto por los derechos políticos de todos.
En otro estado de cosas, siempre se felicita a los ganadores, y obviamente merecido se lo tienen, pero creo que llego el momento de felicitar a todos los participantes de los actos eleccionarios, y particularmente felicitar a la ciudadanía, que en un estado de igualdad, ejerce su derecho al voto y permite que todos lo hagan por igual.
Una sociedad que tiene sus bases en la igualdad, es una comunidad madura que entiende la importancia de generar derechos y oportunidades para todos sin distinción previa alguna. Trabajemos por ello.
No fue un día mas. Fue un domingo con un importante acto cívico, la elección de representantes locales y provinciales para que velen por nuestros derechos en sus recintos.
Y realmente me sentí orgulloso de este acto. Porque si el mismo se desarrolla con normalidad y en democracia, estamos ante un acto de igualdad como pocos. Quizás no nos percatemos, pero al ingresar al cuarto oscuro, ingresamos a la tierra de la igualdad, entramos en un mundo de equilibrio.
Un lugar donde entramos a expresar nuestra voluntad, y si los mecanismos democráticos funcionan adecuadamente, ingresamos sin imposición de terceros. Entramos al Cuarto Oscuro, solos, por y con nuestras convicciones sobre quienes serán nuestros mejores representantes.
Particularmente, integré la fiscalización de las elecciones, lo que me permitió ver y seguir el desarrollo del acto muy de cerca. Y allí me encontré, para mi satisfacción, ante un pie de Igualdad absoluto, donde se presentaban cientos de ciudadanos, desde quienes votaban por primera vez a quienes, ya sin la obligación de voto que impone nuestra ley para los mayores, se presentaban para ser parte de estas elecciones.
Realmente creo haber estado ante uno de los ejercicios de la igualdad más importante de la democracia, que es el derecho a emitir el voto, y espero seguir disfrutándolo por siempre.
Aquí no quiero dejar de lado la acción de los Fiscales Generales Voluntarios, quienes sin ningún compromiso polito(al menos evidente) concurrieron a presenciar y fiscalizar el acto con la sola consigna de evitar que se rompa la igualdad, sin tomar partido por nadie y casi desapercibidos para la mayoría de las personas que concurrieron a votar e inclusive para otros fiscales y autoridades de mesas, generaban la sensación de igualdad y respeto por los derechos políticos de todos.
En otro estado de cosas, siempre se felicita a los ganadores, y obviamente merecido se lo tienen, pero creo que llego el momento de felicitar a todos los participantes de los actos eleccionarios, y particularmente felicitar a la ciudadanía, que en un estado de igualdad, ejerce su derecho al voto y permite que todos lo hagan por igual.
Una sociedad que tiene sus bases en la igualdad, es una comunidad madura que entiende la importancia de generar derechos y oportunidades para todos sin distinción previa alguna. Trabajemos por ello.