sábado, 9 de agosto de 2008

ECUADOR: Niñez indígena sufre doble discriminación

En el Ecuador conviven indígenas de 14 nacionalidades y 21 pueblos diferentes, que, según el Ministerio de Coordinación de Desarrollo Social, han sufrido un proceso de exclusión y de discriminación. La Constitución reconoce al país como una nación pluricultural y multiétnica, garantiza el acceso a los derechos y prohíbe todo tipo de discriminación por razones de raza. Sin embargo, datos del Banco Mundial (BM) indican que el 67% de la población rural vive por debajo de la “línea de vulnerabilidad” y el 47% en la pobreza. Mientras que estudios del Sistema Integrado de Indicadores Sociales del Ecuador (Siise) establecen que el 69.8% de la población indígena, tanto de la Sierra como de la Amazonía, viven en situación de pobreza, y dentro de este grupo étnico los más vulnerados son los niños, niñas y adolescentes. En el país, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de Ecuador (Inec), el 7% de la población es indígena, de ellos el 3.5% tienen menos de 18 años. Este segmento se encuentra mayoritariamente en la Amazonia y la Sierra, mientras que en la Costa su presencia es casi imperceptible. Los alarmantes índices de marginación citados por los anteriores organismos, son reafirmados por la especialista en interculturalidad y responsabilidad social de Unicef, Ana Delgado, quien comenta que la niñez y adolescencia indígena sufre una doble exclusión: por ser pobres y por la condición étnica. Ella explica que pese a la existencia de leyes de protección para los indígenas, son discriminados en varios aspectos. Cita los resultados del Observatorio de Derechos de la Niñez y Adolescencia (Odna), que señalan que el 77% de niños indígenas provienen y viven dentro de familias pobres, cuyos hogares subsisten con diariamente con un ingreso inferior a US$ 2, y el 49% reciben US$ 1. “Debido a la falta de recursos los niños y los adolescentes indígenas no pueden acceder a una atención de salud, educación y servicios básicos de calidad, lo que ocasiona que las oportunidades para su desarrollo futuro sean truncadas”, dice. La empleada doméstica María Quizpe es el reflejo de la exclusión social de la que hablan las estadísticas. Ella tiene tres niños en edad escolar, pero solo a uno puede enviar a clases por su precaria condición económica. “No me alcanza el dinero para enviar a los otros dos. Me tocaría comprar libros y uniformes. A ellos solo puedo enviarlos a la alfabetización, el fin de semana”, se lamenta. A la exclusión económica se suma la falta de espacios en el país para estudiar en su lengua ancestral. Los hijos de María, que provienen de un hogar en el que se habla kichwa, han olvidado el idioma porque no pueden practicarlo en un centro educativo. Según datos del ODNA, a pesar de que en Ecuador las leyes de educación garantizan el derecho de los pueblos indígenas a aprender en su propio idioma, aquello no se cumple en el país. Como resultado, el 30% de los niños indígenas han perdido su lengua nativa. Otro niño, Sinchi Chimba, migrante de Otavalo, expresa que siente mucho pesar porque, como él, los chicos indígenas son maltratados en sus hogares y en las escuelas a las que asisten. El estudio del Observatorio de Derechos de la Niñez y Adolescencia muestra que el 47% de niños indígenas, afirman haber sufrido maltrato físico o psicológico por parte de sus maestros, y el 60% crecen en una cultura de castigo físico en sus hogares. En el campo de la salud, solo el 39% de madres indígenas, no acceden a controles prenatales. Mientras que, según cifras de hace cuatro años de la Encuesta Demográfica y de Salud Materna e Infantil (Endemain), únicamente el 49% de ellas reciben atención especializada durante el parto. Además, los centros médicos del Ministerio de Salud, apenas cubren el 1% de la opción del parto vertical para las madres indígenas (ellas, debido a sus creencias culturales sienten vulnerados sus derechos con ese método). Esto sucede a pesar de que el Código de la Niñez y Adolescencia y la Constitución garantizan el bienestar médico para todos los ecuatorianos. Para resolver esos problemas, para el próximo año, organizaciones de la sociedad civil y el gobierno central pretenden establecer un plan de trabajo enfocado en dos ejes: Reivindicar la cultura dentro de los mismos pueblos indígenas y realizar un proceso de socialización entre las 14 nacionalidades para fortalecer la interculturalidad. Asimismo, para lograr el cumplimiento y aumento de los derechos para este grupo social, 4.000 niños y adolescentes y más de 2.900 líderes y autoridades de las nacionalidades indígenas del Ecuador, construyeron la Agenda mínima. Esta construcción es apoyada por Ecuarunari, Dirección de Educación Bilingüe, Unicef y el ODNA.